Limpieza regular: Aspirar la alfombra con frecuencia para eliminar polvo y suciedad.
Protección contra el sol: Evitar la exposición directa y prolongada para prevenir la decoloración.
Manchas y derrames: Secar inmediatamente con un paño absorbente sin frotar.
Productos de limpieza: Usar solo productos específicos para alfombras, evitando lejía y disolventes.
Limpieza profunda: Se recomienda una limpieza profesional periódica según el uso.
Rotación: Rotar la alfombra cada 3-6 meses para un desgaste uniforme.
Humedad y moho: Mantener en un ambiente seco para evitar la acumulación de humedad.